MI EXPERIENCIA EN ROMA:
Ahora que se acerca el final de mis prácticas en Roma, me doy cuenta de lo mucho que he crecido desde que llegué. He tenido la oportunidad de trabajar en la Mostra di Leonardo Da Vinci, un museo donde no solo he aprendido la genialidad de Leonardo, sino que también me ha enseñado el valor del trabajo bien hecho, de la atención al detalle y del amor por la cultura.
Roma es una ciudad maravillosa, pero al principio la sentí como un reto: llegar a otro país, adaptarme a otro idioma y otra forma de vida, no ha sido fácil. Al principio me costaba entender todo en italiano, comunicarme con fluidez, sentirme segura. Pero poco a poco, con esfuerzo y muchas ganas de aprender, empecé a soltarme y a disfrutar de cada conversación, cada interacción con los visitantes, cada día en la exposición.
También he tenido la suerte de compartir esta experiencia con compañeras que han sido clave para mí. Me han enseñado muchísimo con paciencia, con humor, con generosidad y me han hecho sentir acompañada en todo momento. Gracias a ellas, este viaje ha sido mucho más humano y especial.
Volveré con el corazón lleno, con muchas lecciones aprendidas y con la certeza de que este tipo de experiencias marcan un antes y un después.
Roma, y esta etapa, siempre formarán parte de mí.
